miércoles, 23 de enero de 2013

Mi primer día de esquí...

            Mi primer día de esquí.
         Las emociones que se sienten a la hora de enfrentarse a un nuevo reto son muchas y variadas. Cuando empezamos a esquiar, las emociones se adhieren a miedos y las mariposas en la tripa se  transforman en cuervos que pican.

           El reto de esquiar es duro antes de empezar, pero muy placentero de sensaciones a los 10 minutos de estar encima de unos esquís.

          "Te caes mucho", dicen algunos, pero aprender con profesores de esquí no es así. Si empiezas sólo, es probable que abandones, con un profesor de esquí, te ayudará en los momentos de frustración, hará de colchoneta cuando te caigas y te hace ver el frío y la nieve como si estuvieras en el Caribe.

           Debemos cargarnos de paciencia para con nosotros y para nuestros hijos. A quien no le gustaría ponerse unos esquís y bajar en paralelo conducido desde el primer momento. Eso es imposible. 

          La progresión en el esquí como en casi todo deporte, se apoya en la práctica. No dependemos sólo de nosotros y nuestra condición física, sino de muchos más factores que influyen descisivamente en el aprendizaje, como son, el estado de la nieve, el clima, los esquís, las botas, la gente alrededor... factores a los que tenemos que acostumbrarnos y que debemos alinear lo máximo posible, para que disfrutemos a tope del deporte.

             Así y en mi experiencia, creo que no debemos tener prisas, iremos con pasos cortos pero firmes, en el inicio. Buscaremos por encima de todo, conocer bien el material, la posición, el deslizamiento y el frenado. Estaremos atentos los profesionales, a la corrección postural como base para evitar lesiones. Nos marcaremos como objetivo fundamental, controlar la velocidad. Si dominamos ésto tan básico, que aunque parezca mucho, es poco, la práctica nos hará evolucionar rápidamente.

             En los niños, el aprendizaje es diferente. El juego debe ser la base del predeporte. Los niños  de 4 a 6 años deben aprender jugando, disfrutando, divertiendose y sobre todo, hay que ganárselos para que quieran volver a la nieve. Los profes deben hacer filigranas.
            
             Imaginad a un niño de 4 a 6 años. Lo forramos de ropa, guantes, cuellera polar, gafas de ventisca, casco y más, porque hace frío. Además y por si fuera poco, le ponemos unas botas con las que apenas pueden andar y luego unos esquís que los hacen inestables... "Mal empezamos Papa y Mama" ó "¿Y pretendes que vuelva aquí?", os dirán vuestros hijos. Pero además, os váis y le dejáis con una extraña que no hace más que hacer cucamonas con el objetivo de hacerme bajar por una pista (plana)... Profe te compadezco...

            No os preocupéis, los profesores tienen mano con ellos, pero llorarán y  los primeros momentos serán durillos, pero enseguida y gracias a lo divertido que se lo hacen, en media hora están disfrutando.

           Es evidente que para q los profes puedan trabajar correctamente, los papas, deben estar lejos y no visibles para sus hijos, porque sino los profes no podrán hacer nada. ¿Que queréis ver como evolucionan?, genial, pero no os pueden ver.

       Para éstos peques el día se hace duro y al final son muchas horas, por lo que mezclaremos momentos de esquí con juegos en la nieve sin esquís y diversión. Tienen 4, 5 ó 6 años, el objetivo no es que bajen "El Retorno", no, el objetivo, es que les guste, que quieran volver, que acaben con una sonrisa... y sobre todo que estén esperando a que llegue el siguiente sábado.

             En niños de 7 años en adelante, el esquí lúdico se mezclará con dosis de técnica, pero estarán esquiando y esquiando y esquiando todo el día, con paraditas para descansar.

      Queremos que os aficionéis a esquiar en familia, es divertido y conoces sitios espectaculares.

            Pacienciaaaaaaaaaaaa!!!! :-)

Un saludo y Felices Huellas


            
            

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